Informe de batalla: Los defensores de Flensburgo (Imperio vs Elfos Oscuros)

Después de unos días, patrullando la zona del gigante bosque de Serpientes (Nattern Wald), los soldados de Stirland habían visto rastros de pisadas extrañas. Muchos se habían alarmado al ver que esas pisadas eran bastantes y que podrían ser de un ejército enemigo bastante numeroso.


Tras investigar, el capitán Wiegel había encontrado un campamento de elfos oscuros, que estaba cerca de la población de Flensburgo, esto le chocó bastante. Nunca había visto a estas criaturas, pensaba que eran pertenecientes solo a la mitología y algún cuento de la costa oeste.

Rápidamente al ver el gran número de elfos, mando a algunos emisarios a por refuerzos, sobretodo a otras provincias, porque sabía que en Stirland no había muchos hombres por aquella época. Debido a que estaban todos en Sylvania intentando matar algún vampiro.

Después de un par de días, Wiegel había reunido una compañía de milicianos, su propia unidad de piqueros y un gran batallón procedente de la capital había acudido a la ayuda. El sacerdote por su parte, al ver que podía peligrar su capilla y el tesoro que guardaba en el, convoco a un gran número de flagelantes que estarían dispuestos a dar la vida por Sigmar y por el Imperio.

Al día siguiente unas figuras raras, montadas en bestias nunca vistas por el hombre, ataviados con cuchillas y pinchos por todos lados, empezaron avanzar hacia la población.



En el despliegue de la batalla, ya se ve que el ejército imperial es más numeroso, posee más infantería y disparo, pero la caballería de gélidos de los elfos oscuros es superior.







En el primer turno, el imperio avanza lentamente hacia posiciones seguras, mientras la artillería dispara sin éxito, la caballería se pone en buena posición, para una posible carga.



Los elfos oscuros por su parte, avanzan rápidamente con sus caballeros gélidos, pero se quedan a mitad de camino y en una mala posición. La infantería mantiene la posición y los ballesteros acribillan a los caballeros imperiales a virotazos.


En el segundo turno, los caballeros imperiales huyen despavoridos, por el miedo que tienen al ver a los gélidos. Pero los espadachines de Altdorf no retroceden y cargan ganándoles el combate, esto hace que huyan los caballeros gélidos en solo 1 turno y que se salgan del terreno. Los lanceros de Stirland tienen miedo y no inician la carga contra la caballería gélida, por lo que la acción heroica la hacen solo los espadachines, que continúan avanzando contra el muro de guerreros que se encuentra a escasos metros.



El problema con el que se encuentran, aparte de las lanzas elfas, es la hechicera bruja, pese a que ha caído el noble elfo oscuro, sigue estando la hechicera manejando a las tropas. Esta machaca a 5 espadachines de un plumazo, con el hechizo ladrón de almas.y luego los guerreros elfos hacen el resto. Pero aun así, la unidad de espadachines pese a estar diezmada, sigue luchando.



En el otro lado de la batalla, pasan cosas algo distintas, los caballeros gélidos son interceptados por una unidad de flagelantes, que les supera en número y además los flagelantes pegan duro en la carga, son masacrados. Los  corsarios elfos oscuros se mantienen a lo lejos, para protegerse del fuego enemigo y esperar a que sus compañeros caigan para después atacar rápidamente.



En el turno 3, la situación mejora para los imperiales, el sacerdote manda avanzar a los piqueros que estaban con miedo en el anterior turno y se parapetan con la capilla. Los milicianos cargan hacia lo que queda de caballería y los masacran junto a los flagelantes. La euforia imperial va creciendo, sobretodo cuando un cañón por fin acierta y da de lleno a la dotación del lanzavirotes, matando a los elfos en el instante. Mientras los corsarios esperan su momento, agazapados detrás de un muro, esquivando los disparos de los fusileros imperiales.

En el otro lado, la caballería del capitán de Altdorf vuelve a reorganizarse para preparar una carga contra el muro de guerreros que esta masacrando a los suyos. Estos aguantan como pueden, pero van cayendo poco a poco.

En turno 4, la batalla empieza a cambiar para los imperiales, pese a que tienen aun la artillería, sus tropas van menguando y no se encuentran bien posicionadas. Tras la caída de los flagelantes por la carga brutal de los corsarios, estos se dirigen hacia los milicianos, que desordenados empiezan a ponerse de los nervios.
En el otro lado, los caballeros no están seguros de cargar al ver tantas lanzas y se mantienen a la espera de que el sacerdote junto a Wiegel se llenen de orgullo y carguen contra los elfos oscuros. Mientras los caballeros aguantan como pueden los disparos de los ballesteros.


Pero el capitán imperial al mando de la caballería, al ver que en el otro lado del frente, los milicianos corren acobardados y son masacrados poco a poco a su paso. El capitán ordena una carga desde lejos contra la infantería de los elfos oscuros, los lanceros de Stirland al ver a los caballeros, cargan animados por el apoyo.





La carga es tan brutal, que masacran a más de la mitad del bloque de elfos oscuros, el resto huye despavorido, fuera del campo de batalla. La caballería les intente seguir, pero cesa al ver que ya están muy lejos y se da media vuelta, para tomar la retaguardia de los elfos oscuros, que se encuentran vendidos en esa posición. El sacerdote y Wiegel cargan con rabia hacia la otra unidad de elfos oscuros, pero sin la ayuda de los caballeros se ven parados por los ataques sádicos del enemigo. Mientras ven caer a los compañeros, en frente, entre las lanzas y escudos oyen ruidosas risas y asquerosos orgasmos de placer, mientras es degollado un imperial capturado dentro del muro de escudos.




En el turno 5, los combates entre los guerreros elfos oscuros y los lanceros, son brutales, se masacran una unidad a otra, los campeones se golpean sin piedad, pero al final la hechicera consigue acabar con el sacerdote y el capitán, el resto huyen. Los elfos oscuros pese a ser pocos, porque quieren masacrar a los supervivientes, la caballería carga a los ballesteros, pero estos matan a muchos caballeros aguantando y disparando. Esto no evita que los caballeros continúen la carga y aplasten a los retorcidos ballesteros, que llevaban toda la partida matando a tropas imperiales.



En el otro lado, la solitaria tropa de corsarios, es abatida por los fusileros, los cuales rezan porque los arcabuces acaben con todos ellos, antes de que puedan cargarles, porque sino morirán todos y no habrá esperanza para el resto.


Turno 6, la batalla ya solo sigue un rumbo, la victoria de los imperiales es inminente, pero es dolorosa, quedan pocas tropas y la artillería no ha hecho bien su trabajo.



Los caballeros cargan hacia los ballesteros que quedan huyendo, y los guerreros elfos oscuros en paralelo cargan a los arcabuceros que están protegidos por un muro. 
El resultado es que ambas tropas de disparo caen con facilidad y la caballería imperial se encara contra lo que queda de la infantería elfa oscura. 2 fanáticos elfos oscuros, siguen a su hechicera elfa, pese a que van a una muerte segura contra 4 caballeros.



Esta fue la última vez que se les vio con vida a los elfos oscuros, las cabezas del ejercito elfo fueron puestas al rededor de toda la población de Flensburgo, formando una muralla de cabezas...Se construyó más tarde un monumento recordando a todos los hombres que dieron la vida por el Imperio y por Sigmar.

Batalla muy igualada, espero que os haya gustado, ya escribiré el relato de dicho informe.

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